Los furiosos ríos patagónicos fueron desde inmemoriales tiempos uno de los desafíos más grandes para los habitantes de la región. Por un lado, traían la frescura de la vida que les daba la energía para afrontar un nuevo día en esta región. Pero por otro lado, dividían el terreno separando familias, poblaciones o bien entorpeciendo el trabajo diario.

Esta es una breve reseña de lo que pasaba en Neuquén.

El primer servicio público de pasaje del río Neuquén del que se tenga memoria, es el de las balsas que ofrecían el cruce de pasajeros, animales y luego autos. Numerosas concesiones fueron entregadas por las autoridades locales que siempre intentaron mantener conectadas ambas márgenes del río.

Hacia 1899 la ampliación del Gran Ferrocarril del Sur de Buenos Aires llegó a la estación que luego se convertiría en Cipolletti. Para continuar hacia el territorio de Neuquén , se construyó un puente ferroviario de acero en 1899-1902 para cruzar el río Neuquén. El mismo se ve de fondo en la foto.

balsa rio neuquen
Balsa sobre el río Neuquén (1920)

Luego de que el ferrocarril conectara la Estación Neuquén en el asentamiento Confluencia, se trasladó la capital del Territorio a la zona y se fundó la ciudad de Neuquén en 1904.

El puente ferroviario lamentablemente no soluciona el problema. El puente no tenía calzada, por lo que ni animales ni autos podían cruzar. Los individuos que querían cruzar debieron ir pisando durmiente a durmiente entre las vías por unos 400 metros. Además, el pasante debía asumir los riesgos deslindando de responsabilidades a la empresa ferroviaria.

Los cruces de vehículos y peatones del río se realizaban utilizando botes y canoas en ese momento. En la década de 1930, el servicio se vio abrumado por la creciente población. La construcción de un puente vial comenzó en 1935 y el puente se inauguró en 1937. Esto descomprimió la situación que se vivía en aquel momento, pero luego dos puentes más fueron construidos.

Parece poca cosa, pero hacer un salto de una balsa a un puente peatonal de tal magnitud no debe pasar desapercibido.

Así se veía Neuquén para la inauguración de su primer puente peatonal.